A MI PEQUE


Has llenado de dulzura,
nuestras vidas ya apagadas
has cubierto de sonrisas
y de luz nuestra mirada.
Devolviendo a nuestra alma
la esperanza marchitada.
Has vuelto a sembrar amor,
donde ya no se esperaba...
Sin esperarte has llegado,
como el roció a la rosa,
como el agua a nuestra tierra,
como a la playa las olas!

1 comentario:

María José dijo...

¡Precioso poema! Mara. Es tan tierno que envuelve al leerlo. Un abrazo.