En la noche,
a oscuras,
cuando se abre el silencio ,
es como mejor te ven mis manos,
dedos en diluvio perfumando la memoria,
ola que levanta en tu mar bravío.
Hasta que la eternidad queme,
muerda,
nos enloquezca,
nos consuma,
fluyendo como una oración peregrina,
mis manos hambrientas,
en urgencia indisoluble,
de ti,
de tus besos,
tus caricias,
de tu cuerpo,
de tu esencia viva...
De tu vida.
La intensidad de esta emoción,
marcando lo simple de un momento,
impregna la piel de hambre,
en la espera de tu voz,
de tu aliento ,
palpitan mis ganas,
se invaden de tus pecados,
haciendo enloquecer a mi cordura,
suspira el viento
y mi tiempo vuelve a ser tuyo piel adentro,
donde los deseos se eternizan,
donde te aprendo,
donde mi calma eres tu,
donde nacen y crecen mis deseos. ja!
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